ENVEJECIMIENTO ACTIVO Y SALUDABLE: Aprender a respirar.

 Carmen de la Torre                                                                       Envejecimiento activo y saludable 

 


TALLER PRÁCTICO 

PARA EL ENVEJECIMIENTO ACTIVO Y SALUDABLE.

 

APRENDE A RESPIRAR

En mis espacios profesionales me he encontrado con numerosas personas que no tenían claro el concepto de respiración profunda, y es por lo que surge esta propuesta, por lo tanto te propongo comenzar este taller con la idea de aprender a respirar, siendo consciente de los beneficios tan importantes que esta acción te aporta.

El acto involuntario de respirar muchas veces se ve afectado por esos momentos de estrés emocional. Consecuencia de esa circunstancia es que el ritmo de nuestra respiración se acelera, transpiramos y nuestros músculos se tensan. Si este proceso se prolonga en el tiempo, el sistema nervioso se sobre estimula y se produce un desequilibrio que puede afectar a nuestra salud, por lo que aparecen (según los expertos) distintas dolencias,  como hipertensión o dolor muscular entre otros.

La respiración puede utilizarse para influir directamente sobre esos factores de estrés, estimulando el sistema nervioso parasimpático, relajándonos y actuando sobre los susodichos síntomas de estrés. Porque podemos entrenar la respiración, practica este ejercicio siempre que respires con dificultad, cuando estés estresada/o, no puedas dormir o cuando sufras alguna molestia o dolor (escucha al cuerpo).

¿Por qué no nos detenemos, escuchamos nuestro cuerpo, y durante un par de minutos al menos al día, respiramos?. Simple y sencillamente respiramos ......


EJERCICIO:

Pon una mano sobre el pecho y la otra sobre el abdomen.

Cuando respires profundamente, la mano que tienes sobre el abdomen debe de subir más que la que tienes sobre el pecho. Esto garantiza que el diafragma está empujando el aire hacia los pulmones.

1. Espira por la boca, inspira por la nariz imaginando que te está entrando un gran volumen de aire y retén la respiración contando hasta 7 ( o hasta donde puedas, nunca más de 7). 

2. Espira lentamente por la boca contando mentalmente hasta 9. Mientras el aire sale lentamente, contrae con suavidad tus músculos abdominales (ombligo a columna) para liberar todo el aire que quede en los pulmones. Es importante recordar que la respiración se hace más profunda cuando exhalas el aire totalmente, no cuando inhalas más. 

3. Repite el ciclo cuatro veces más hasta un total de cinco respiraciones profundas. Después intenta respirar a un ritmo de una respiración cada 10 segundos (o seis respiraciones por minuto). 

 


Es importante atender a las señales que te manda tu cuerpo, para invertir en salud, que resulta ser la mejor inversión de todas.

Para finalizar dejo una recomendación literaria ligada a la salud, "Pensar con el cuerpo" de Jader Tolja y Francesca Speciani

 


"He sido y aún soy un buscador, pero he dejado de hacerles preguntas a las estrellas y a los libros; he empezado a escuchar las señales que me susurra mi sangre" Hermann Hesse.

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